ONGI ETORRI!!!

Este es el Blog de LANIK Expedition Team, una kuadrilla formada por, ayer personas hoy amig@s, que a lo largo de sus vidas se han ido uniendo para forjar amistad.
Este es nuestro punto de unión, y el lugar donde desahogarnos y contar nuestras batallitas, por lo que seguramente no encontrarás nada interesante pero sí un txoko en internet donde pasar al menos un buen rato y sonreir.
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EMAIOK AZKARREGI!!!

viernes, 14 de noviembre de 2014

LOS TIEMPOS QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE: CAMINO A LA BEHOBIA...

Allá en el horizonte, se empiezan a vislumbrar las luces navideñas y el olor a mazapán. Atrás quedan ya las vacaciones, las fiestas (y lagunas) de verano, los atropellos y accidentes de este convulso año y, sobre todo, atrás quedan ya los entrenamientos y las carreras previas a nuestra imprescindible cita anual: La Behobia/San Sebastián.

Como no hay nada mejor para ponerse en forma que pincharse un dorsal y devorar kilómetros a cara de perro, este año he participado en alguna prueba nueva y he repetido muchas otras. No os perdáis este "pequeño" resumen...

III CARRERA NOCTURNA IRÚN:


 El mismo día del "polémico" speech de los Celtas Cortos en Rente llegaba el primer test serio de preparación.

Era la primera carrera nocturna en la que decidía participar. 6,33 kilómetros que recorrían el centro de la ciudad de una punta a otra. Salida desde el ayuntamiento, calle Hondarribía, Colón, Dumboa, bidegorri bordeando el canal, avenida de Navarra y finalización en el punto de salida.

Salía con el único objetivo de bajar de la media hora. Decidí colocarme en las primeras filas, con el grupo de "los buenos" y pronto podía comprobar de primera mano como la peña iba que volaba. No perdía apenas tiempo en la salida, cosa que me gustó, es lo bueno de salir delante, que siempre se sale fuerte.

La gente iba pegando unos atroches de cuidado, muchos nervios, y yo me sentía como una chicane móvil en mitad del desembarco a normandía... es que la gente va muy tronada.

De pronto se abría la carretera y ya se podía correr libremente. Me dejé embargar por la velocidad durante ese primer kilómetro, y eso nos dejaba al comienzo de la calle Hondarribía. Medio km de bajada y otro medio de subida que, con el "fresquito" nocturno, me transmitía buenas sensaciones.

Aunque la carrera mentalmente no estaba siendo tan buena. Es triste ver que todos te pasan quitándome las pegatinas. Esa es la parte mala de salir delante. Que los buenos te van a pasar y no vas a poder agarrarte a nadie de ritmo similar para que tire de tí un rato.

El cruce por el paseo colón era el punto más caliente de la carrera, con mucha gente aprovechando "la fresca" y animándonos a continuar. Estaba empezando a sangrar segundos, y la bajada hacia Dumboa daba un respiro a mis piernas y me devolvía parte de ese tiempo perdido. Cogíamos el bidegorri y allí, sin gente, entre farolas, silencio y desolación, pasaba por los peores momentos. Qué sería una carrera sin pasar apuros!!

Después de un largo kilómetro y medio encontré un buen samaritano que me "quiso" llevar hasta la meta. No sé de dónde salió, pero fue una aparición providencial.

Y me convertí en su sombra. Literalmente.

Llegamos juntos a la avenida navarra nuevamente, pero esta vez para subirla. En mitad de la cuesta, entre jadeos y rechinar de dientes, decidí darle la última estocada al más puro estilo Valverde.

Y así, con una estrategia poco elegante pero igualmente válida, llegué en 29 minutos y 41 segundos, con un ritmo promedio de 4:41 y unos parciales aceptables: 4:25, 4:36, 4:46, 4:28, 4:54, 4:59 y 4:38 los últimos 330 metros

Este año prometía...

5 MILLAS POR LA SALUD MENTAL:


 Siguiente cita en Donosti. 8 kilómetros, tiempo nublado, 20ºC y una humedad muy alta que nos acompañaría toda la carrera. Así afrontaba la siguiente carrera sin más pretensión que meterle dos km. más al cuerpo respecto a la semana anterior y bajar de los 40 minutos, ya que no tenía referencias de otros años.

Comenzábamos en las universidades a las 10:00AM. Puntuales daban el pistoletazo de salida y el primer kilómetro se me atascaba, las piernas no iban sueltas.

El kilómetro dos seguía la dinámica del primero, pero lo bueno de esta distancia es que tienes más margen para recuperar que en la nocturna.

En la calle San Martín daba la vuelta a la tortilla y recobraba sensaciones y ritmo. Encaraba el paseo nuevo y el paso por la parte vieja como un rayo. Mucha gente por la calle animando.

La salida por el Alderdi Eder daba paso al largo paseo de la concha y se empezaba a notar en las piernas. Aun así la cabeza va "entretenida" mientras disfruta de las vistas.

Los últimos dos kilómetros de recta desde ondarreta hasta las universidades son mentalmente menos agradecidos, porque aunque mires al horizonte nunca ves el final. Sólo iba pensando "Hay que aguantar este ritmo! Estás en el tiempo...".

Finalmente no lo hice del todo mal: Tiempo 38:06 y un ritmo de 4:44.

Parciales: 4:50, 4:47, 4:37, 4:35, 4:55, 4:55, 4:52, 4:42 y 4:25 los últimos 300 metros.

3 MONTES SAN SEBASTIÁN:


Me quitaba la espinita del año pasado, puesto que por correr la TXINGUDI KORRIKA tuve que perderme esta prueba. Pensando un poco más en la Behobia, decidí que "unas cuestecicas" serían mejor de cara a la carrera reina.

Tres modalidades: Igeldo; Igueldo + Urgull; Igueldo + Urgull + Ulía.

El primer circuito podía quedarse corto, y el segundo se va a los 17 km, así que me decidí por los once kilómetros. Es una buena distancia si tenemos en cuenta las rampas que hay que subir.

A mitad de semana el cuerpo me daba una gran alegría al regalarme una estupenda "gastro". Pa que vayas agustito a la carrera, debió de pensar. Así que, en vez de un miembro Lanik resultó que se terminó por presentar a la prueba una auténtica piltrafilla con patas Lanik.

Quince minutos antes de la salida aparcaba en el parking del boule y hacía una última visita al socorrido WC. No voy a darte ningún detalle más... hazme caso, no quieres saberlo.

Llegaba a la rampa de acceso a La Concha casi con el tiempo justo, y sin calentar me lanzaba hacia la fina arena donostiarra a guerrear como un gladiador que se sabe herido.

Intentaba no hacer caso a mi cuerpo y me obligaba a correr como si estuviese en buenas condiciones. El acceso al pico del loro, con mucho cuidado por resbalones en las rocas, se hacía en fila india, andando y guiados por los auxiliares de carrera.

De nuevo en la playa, esta vez en ondarreta, dábamos pasos hacia la orilla en busca de arena dura que nos hiciese salir de las arenas movedizas en las que estábamos metidos.

Llegados a este punto empezaban los primeros obstáculos. La subida desde el Funicular a Igueldo llegando hasta el mismísimo parque de atracciones.

Se me atragantaba, era un quiero y no puedo. Ya por la mitad estuve a punto de abandonar, me sentía fatal, no tenía fuerzas y el estómago era una lavadora a 1.200 RPM. Me dije que al menos quería terminar la subida...

Y así, autoengañándome, llegué arriba y ante mí apareció un avituallamiento providencial. Paré en seco, lo que nunca, y me puse a beber tranquilamente. Ya había acabado la carrera para mí.

¿Seguro? Nada tenía que perder, así que pensé: que coño! Ya que estoy aquí voy a dejarme caer cuesta abajo y al llegar abajo veremos de nuevo...

Llegaba a Ondarreta y era tiempo de decisiones. El coche estaba en el boule, qué más me daba ya llegar andando o corriendo. Si el recorrido era el mismo...

Nuevamente, usando excusas como pequeñas triquiñuelas para autoconvencerme a seguir, tomé camino de La Concha luchando contra la blanda arena de Ondarreta. Salíamos de nuevo al asfalto y cruzábamos por el tunel de Miramar. De nuevo a la playa. Esto puede ser el último sprint de hoy... Ay, mi sufrida tripa! Aguanta!!


Subía la rampa hacia el Alderdi Eder y veía la meta. ¿Me paro ya?. Sé lo que estás pensando: Vaya gladiador de pacotilla sería entonces!

¿Tanto he sufrido para nada? Ese no es el espíritu Lanik. Sólo me quedaban 4 kilómetros de infierno en la tierra, tampoco era para tanto.

Y con semejante cabezonería e insensatez a proporciones iguales, seguí avanzando por el bidegorri hacia Urgull. LLegaba una losa dura, un recorrido complicado con escaleras que te frenaban en seco y unas rampas de adoquines que, si no miras bien, te dejas unos cuantos dientes por el camino.

Pero no todo iba a ser malo. Curiosamente, la vez que peor lo he pasado en una carrera y aún así he disfrutado de auténticos momentazos. El primero de éllos en la subida al Cristo:

Todas las chiquillas auxiliares que estaban allí te miraban a los ojos desde bien lejos y cuando pasabas a su lado te sonreían y te animaban. Se sentían cercanas.

Para aquellos entonces llegaban corredores con cuentagotas, eso ayudaba a que todo fuese un poco más personal.

Pero iba realmente fundido, supongo que se me notaba a simple vista y es por éllo que estaban siendo especialmente efusivas conmigo. O eso pensé yo.

En una de estas: Eh, chaval!! Por ahí no, por la derecha! Por el pasadizo de la derecha!

Chaval?? Una chiquilla llamándome a mí chaval? Si va con segundas, te cogía ahora mismo y te ibas a enterar de lo que es bue... pero qué estoy diciendo!!! Pero si no puedo ni con mi alma! Concéntrate. Deja de pensar en tonterías.

Iba completamente volado.

Destrozado llegué a la cima y otro avituallamiento p'al cuerpo. Esta vez Aquarius.

Menudo revoltijo fue todo aquello!! Notaba el líquido de un lao p'al otro durante toda la bajada.

Si difícil fue subir peor era bajar. Primero adoquín que no permitía bajar con ritmo y después asfalto con pendientes pronunciadas que te obligaban a hacer fuerza para no salir rodando.

Al fin conseguía salir de aquel infierno verde... Ni Nürburgring Nordschleife ni leches, el monte Urgull de Donosti!!!

Ya veía la salida y de repente..., ¿Qué está pasando?... ¿De dónde salen todas estas fuerzas?, ¿será que me vengo arriba porque veo el final cerca?

Ponía pies en el paseo nuevo con unas fuerzas renovadas y con ganas de correr!!

El paseo nuevo pasó volando, a 4:56, un tiempazo para mis condiciones físicas. Llegada a la Bretxa, y allí se dio el segundo momentazo: La mejor llegada de mi vida a una meta.

A la altura del McDonals, los que seguían la carrera giraban a la izquierda, hacia el Kursaal. En mi caso hacia la derecha, en la que había una pasarela como para dos personas máximo en paralelo durante todo el boulevard.

Llegaba sólo, como había corrido desde el comienzo de la subida a Urgull. Por primera vez en toda la semana, y después de casi una hora de ejercicio en las piernas, ¡me sentía bien! Los aplausos y los ánimos de la gente, que se encontraban a un metro de mí, me llevaban en volandas a la meta.

Un kilómetro en solitario que nunca había experimentado. Un kilómetro en el que era el único protagonista, o así me sentía en ese momento. La actitud lo es todo. Y así se lo devolví a "mi público" XD, con una sonrisa perpetua y un 4:44 el último kilómetro. Todo una locura.


Lo que hice fue una salvajada. El cuerpo perdió muchos líquidos con la gastro, quizá podía haberme deshidratado en carrera, pero (esta vez) mereció la pena por ese espectacular final.

11,04 km, tiempo final 1:00:13 y ritmo promedio 5:27.

Parciales: 5:04, 5:16, 5:46, 5:21, 5:20, 5:30, 5:32, 5:36, 7:08, 4:56 y 4:44.

XXV CROSS 3 PLAYAS:


Me reencontraba con la primera de las pruebas con las que tenía tiempos para comparar. Ya se empezaban a notar los nervios de la Behobia acechando y, sobre todo, la auto-presión de mejorar respecto al año pasado. ¿Podría bajar de los 48 minutos de 2013? Esa era mi intención.

23ºC y de nuevo el sol aparecía apretando con fuerza en el que va camino a ser el año más caluroso de la historia.

La salida se daba a las 11:00AM. Un poco tarde porque, para entonces, ya estaba cascando a gusto.

Primera carrera con cajones. La salida estaba un poco más adelantada este año, pero la carrera se alargaba un poco más hasta el final de Sagües y por todo el paseo nuevo (no hasta la mitad), para realizar la misma distancia: 10 km.

CROSS 3 PLAYAS from Mikel Yarza on Vimeo.


Salía con ganas, con fuerza, esta semana había podido entrenar y me encontraba en mejor forma.

Unas cuántas imágenes para buscar a Wally entre la marea de gente. Pista: Voy de amarillo XD.





Quería ver cuánto aguantaba los "cuatro cuarentas" con este solazo y después de haber pasado el virus de la semana pasada. Primer km conseguido, segundo también. En el tercero me voy pero, entre pitos y flautas, he recorrido toda la bahía al solarro y ya estoy al cobijo de la sombra de gros.

En el 4 un poco de agüita y p'alante. El 5 es para llegar al paseo nuevo y el 6 se me hacía el km. más duro del recorrido. Una subidita mantenida que va picando, va picando, hasta llegar al Aquarium. ¿Acaso esto no se acaba nunca?

Media vuelta y a recuperar físico cuesta abajo, pero los tiempos eran ya irrecuperables.

En el 8 estábamos justo en el comienzo del paseo de La Concha. Iba con la mirada al suelo desde hacía 1 km. y, en cuanto levantaba la cabeza, mi moral bajaba un escaloncito más. Se veía a lo lejos una auténtica serpiente de cabezas que se perdían más allá del palacio Miramar.

El sol me castigaba nuevamente durante 2 km, pero a esas alturas iba bien de caja y piernas. Creo que podía haber hecho una carrera a 4:40 si el tiempo me hubiese respetado.

Llegaba al 9 y metía una marcha más. 4:24 el último km. y aún me guardaba una marcha extra, la marcha kamikaze-banzai. Afortunadamente no hizo falta usarla. 20'' menos que en 2013 y bajaba de los 48', aunque muy al límite. Tensión hasta el último segundo.

47:56 y 4:48 min/km. Parciales: 4:40, 4:41, 4:49, 4:52, 4:50, 4:57, 4:57, 4:55, 4:52, 4:24.

XXV CROSS 3 PLAYAS [Garmin Connect]

CLÁSICA 15KM SAN SEBASTIÁN:



1:16:17 era el tiempo a superar. De nuevo el tiempo era todo contrario a favorable. Maravilloso para ir a ver la carrera o sacar fotos, pero no así para correr. Andoni en cambio estaba en su salsa, es el tiempo que le gusta y que mejor le va.

Habíamos quedado en la consigna para calentar juntos. Pasaba el tiempo y no llegaba. A falta de 15 minutos decidí calentar algo e irme hacia mi cajón de salida. Más tarde me enteraría que el Oiartzuarra vino sin chip, así que volvió a casa in extremis y llegó a tiempo para salir a su hora. Todo un genio y figura.

Hay que darle un punto de tensión a las carreras, claro que sí!!!! Algunos funcionamos mejor bajo presión.

Arrancaba el último de los últimos, así que sufrí un calvario de tapones desde la avda. de Madrid hasta el puente de Santa Catalina. Al final de la calle Miracruz la gente se paraba formando un embudo en el que había que ir andando.

No hacía más que bufar del mosqueo que llevaba encima, me tenían de los nervios. Tres kilómetros y voy la mar de incómodo, haciendo cruces de la muerte para adelantar, quemándome no sólo por el sol si no por los cambios de ritmo para sortear a los corredores.

A partir de ahí dejábamos el Kursaal atrás y comenzábamos con el paseo de La Concha. Lo conozco bien, tranquilo, es llano, el ritmo sale sólo, no voy mal, no estoy cansado. Disfruta de la carrera, de la gente, con el pedazo día que hacía había mucho público.

A partir de ahí la larga avenida Zumalakarregi, hasta el final, allí alcanzaba al grupo de los verdes y la carrera se abría para mí.

Y media vuelta. Se empiezan a notar los kilómetros, y el sol, sobre todo el sol, pero de repente aparece un ángel salvador dando la extremaunción con una manguera, lanzándonos un spray revitalizador a los corredores. Uaaaah, qué gozada!!! Tío, me has regalado unos segundos!

Ya más fresquitos y por a la sombra de la arboleda nos dirigimos a Ondarreta donde cumplíamos el primer 10.000 y nos preparábamos para encarar más adelante la calle San Martín.

En la calle Easo todos buscábamos nuestra ración de sombra pegándonos hacia la izquierda, excepto Andoni, que disfrutaba del lorenzo y de media calle sólo para él.

A partir de ahí se continúa paralelo a las vías del topo..., ¿o era EuskoTren?..., un tramo que siempre se hace largo y así comenzaban los primeros avisos del gemelo. Chssst, tranquilo, que ya estamos. No jorobes.

La gente nos recordaba lo poco que quedaba ya. Siempre son momentos complicados cuando ves que estás cerca pero la llegada se hace eterna. Ahí se ganan o se pierden las carreras.

Este año el circuito era diferente, se recorría Anoeta por el exterior desde la parada del topo y dando toda la vuelta al estadio, rodeando el Velódromo.

Miraba el reloj y era un calco a la carrera del año pasado. Último cambio de ritmo en la pista de Anoeta para parecer lo que no era. Una carrera incómoda, con un tiempo sofocante y poca mejora respecto al año pasado que me resultaba un poco decepcionante.

Me encontré a Andoni al salir de Anoeta y allí me contó un poco su carrera, estaba a tope! La mejor carrera de su vida a un ritmo de 4:48 el km., una bestia.

Yo en cambio 1:15:05 y 5:00 min/km. Ritmos parciales: 4:48, 4:53, 5:05, 4:53, 4:54, 5:02, 4:47, 4:57, 4:57, 5:02, 4:56, 4:52, 4:57, 5:12 y 4:49.

 CLÁSICA 15KM SAN SEBASTIÁN [Garmin Connect]

Navegaba en un mar de dudas antes de encarar la Behobia. Y no sólo eso, la semana siguiente me cerrarían la incripción de la media maratón San Juan De Luz/Hondarribi antes de poder apuntarme. Con la falta de kilómetros en tiradas largas que tenía...

Lo que empezó prometiendo acababa generando preocupación. ¿Sería capaz de hacer los 20 km. dignamente sin retirarme? ¿Bajaría el tiempo del año pasado?

Con toda esta intriga y dolor de barriga te dejo pendiente de la crónica de la Behobia/San Sebastián 2014. Pronto amigo, pronto...

EMAIOK AZKARREGI!!!!

1 comentario:

Txipito II dijo...

Queremos el capitulo de la Behobia ya!!!