ONGI ETORRI!!!

Este es el Blog de LANIK Expedition Team, una kuadrilla formada por, ayer personas hoy amig@s, que a lo largo de sus vidas se han ido uniendo para forjar amistad.
Este es nuestro punto de unión, y el lugar donde desahogarnos y contar nuestras batallitas, por lo que seguramente no encontrarás nada interesante pero sí un txoko en internet donde pasar al menos un buen rato y sonreir.
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EMAIOK AZKARREGI!!!

miércoles, 25 de junio de 2008

Crónica del asteburu-pasa LANIK proiektua en "Cova"

Que verdad es eso de que cuando más se tiene más se quiere. Los asiduos a las lecturas de Crónicas LANIK sabor aventura conocen las valerosas acciones de los LANIK y por ello habrá quién piense que hablar de valentía, riesgo o aventura cuando nos referimos a ellos ya no nos puede sorprender. Nada más lejos de la realidad. El pasado fin de semana Covarrubias (Burgos) fue testigo de la expedición LANIK más extrema realizada hasta el momento, sin miedo a nada retaron a las mayores pendientes conocidas, a las más altas temperaturas (climatológicas, por supuesto), a la fauna salvaje, a la velocidad máxima, a la naturaleza en estado puro, al umbral del sonido y por supuesto y sobre todo, a la muerte en forma de H2O.
Sábado 21 de junio. 7:30 am. Urnieta. La misma magia que a esas horas convierte la noche en día, convirtieron a su vez Xelau en la barraca del tío Sam. Tres bicicletas, tres personas y sus respectivos enseres entraron en el C-4. A presión, pero terminaron entrando. Primer reto del fin de semana superado. Jokin, Iñaki y Andoni conformaron esta vez la expedición y supieron hacer frente a un trayecto de unas tres horas que se hizo ameno por los comentarios jocosos de los expedicionarios, la exposición de lupanares de la N-1 y más que nada, por el espectáculo de la guardia civil que demostró tener más peligro con un bic con el que firmar multas que con una parabellum.
Una vez llegados a "Cova" Kintxo supo hacer de cicerone con una estupenda visita guiada a la no menos estupenda villa medieval. Su arco de bienvenida, sus calles adoquinadas, sus murallas e iglesias, su torreón o su puente sobre el río de las lamentaciones, digo perdón, sobre el río Arlanza, cautivaron a los giputxis. A su paso por la carnicería del pueblo decidieron contactar con su colega Ernesto, y si bien no lo pudieron hacer en persona, consiguieron hablar vía telefónica de tal manera que quedaba cerrada la contratación de dos pirautxas y en consecuencia la participación en el descenso del día siguiente. Adrenalina en ebullición por la sangre del LANIK Expedition Team.
En la terraza del Piélago nuestros intrépidos hombres echaron un pote, y no se sabe si fue debido a la sensación de estar en un chiringuito de las Seychelles o la fermentación etílica de la caña con limón, decidieron poner rumbo a Santo Domingo de Silos en bici a eso de las 13:30. Antes de partir y mientras se vestían de gala para la ruta, tuvieron el primer contacto con el Señor Santo Domingo, que sin decir nada dijo que estaban locos, muy locos. ¡Ay amigo Joaquín, como se nota que usted no lee el crónicas! si lo hiciera sabría que la ruta del día 21 y el hecho de salir cuando Lorenzo más casca era tan solo una manera para calentar y desentumecer músculos de cara al plato fuerte del día 22. Los LANIK son así.


Ruta LANIK VIII: Peregrinación a Santo Domingo de Silos
Desde el cartel que marca "Silos 22 Km." en "Cova" partieron nuestros ciclistas hambrientos de aventura y con la tripa vacía. Un comienzo esperanzador en el que Jokin lo dio todo y supo mantenerse en el grupo de cabeza, dio paso a un arriesgado descenso hasta Retuerta. Allí los txirrindularis cambiaron la sopa de sus botellines por agua renovada. Tan solo habían transcurrido dos kilómetros y el agua fresca del comienzo podía cocer un huevo en el bidón de isostar.
Adiós a Retuerta y adiós a la civilización. Cabre, Kintxo y Txipito II tuvieron que hacer frente a kilómetros y kilómetros sin vestigios de la humanidad. Caminos y pistas perdidos de la mano de Dios que tenían más parecido a una montaña rusa que a una burgalesa, y es que parece ser que en Burgos no conocen la palabra llano y prefieren hacer honor al dicho que dice que todo aquello que sube baja, pero olvidan un pequeño detalle que no es otro que todo aquello que baja sube.
Entre pedalada y pedalada pasaban los kilómetros y Kintxo se comenzaba a rezagar, aunque no por falta de fuerzas ¡no por dios! lo hacía por compañerismo, nadie perdería más tiempo en una bajada que en una ascensión, Kintxo frenaba en exceso a sabiendas de que de esta manera tanto Iñaki como Andoni debían de parar y así descansar esperándole ¡qué gran tipo!
Del mismo modo, el donostiarra decidió rizar el rizo. Consideró que para ser un fin de semana de aventura extremo completo, al trinomio tierra, agua y fuego (va unido al hecho de estar quemados) le faltaba el aire, y como si de Spiderman se tratara y sin saber muy bien porque (rogamos lo explique en los comentarios), decidió escalar jugándose la vida, allá, en medio de la nada, donde una simple torcedura de tobillo podría acabar con su vida. Valiente, sí señor.
De repente, tras el afortunado comentario de Jokin de "ya no hay más pueblos hasta llegar a Silos" apareció un pueblo. Un pueblo y un camión. El pueblo era extraño, raro, solitario y carente de toda lógica por estar en medio de la nada. El camión era... como lo podríamos describir... era... más extraño, más raro, más solitario, más ilógico aun por estar en medio de la nada y especialmente por venir desde Segovia al medio de la nada a cambiar colchones nuevos por colchones viejos de lana. ¿?. traguito de agua en la fuente, barrita energética y a Silos siguiendo la orden de una lugareña que indicó a los LANIK que tras subir un alto se encontraba el ansiado monasterio.
La ruta se convirtió en épica cuando la lluvia hizo acto de presencia durante unos minutos, y se hizo de película cuando Txipito II, Kintxo y Cabre se convirtieron en el Bueno, el Feo y el Malo (¿qué pasa? para algo me curro yo las crónicas ¿no? pues eso, respectivamente) justo antes de realizar la ascensión más dura de la peregrinación que apunto estuvo de acabar con los ánimos de estos hombres que jamás se rinden. Nunca antes 22 Km. fueron tan 25 Km.
Desde el alto más alto, comenzaba el descenso mortal que llegaba a Silos y que fue amenizado por el amigo del camión de colchones y un par de conductores gruñones. Y así, al fin, Santo Domingo de Silos. Precioso, bonito, increíble, genial. Los expedicionarios no llegaron a visitar el monasterio, ni tampoco Yecla, aunque ¡ojo! sí un lavadero antiquísimo. Pero el momento estrella fue la comida a las 17:00.
La vuelta resultó un remanso de paz comparada con la ida. El tener la tripa llena y rodar por asfalto hizo comprender la moraleja de la ruta VIII al LANIK Expedition Team de cara a la Vía de la Plata: ante la duda, carretera.
Atrás quedaron 43,540 Km., a 13,08km/h de media, en más de tres horas rodando sobre la bicicleta y un record de 62,3 km/h de máxima.
Al llegar a "Cova" les esperaban el puente en el que debían finalizar sus dos grandes retos del asteburu pasa LANIK proiektua y el colega Ernesto, al cual conocieron a eso de las 20:00. El súper-carnicero-organizador de eventos intento amedrentar a los machotes del norte con sus explicaciones. No lo consiguió, no cabe duda.

Descenso del río Arlanza

22 de junio. 9:00. El resplandor del sol penetrando por el zaguán unido a la melódica voz del Señor Santo Domingo que seguía hablando sin decir nada, dieron los buenos días a los hoy piragüistas. Un desayuno delicioso preparado por Nuntxi unido a las rabas, el lacón, la tostá de jamón, las bravas y las brochetas de piña y langostino de la noche anterior, pusieron a los LANIK a punto para el descenso.
A las 10:00 estaban en la plaza Iñaki, Andoni, Jokin y su padre. Realizaron la inscripción y entablaron conversación con la burgalesa que mejor habla euskera y con su padre, con el desertor primo Alberto y con su padre, con Ernesto y con la madre que lo p... Un poco de moscatel y las galletas caseras de cuetara amenizaron la puntualidad española. El autobús que debía transportar a todos los participantes se escapó antes de lo debido sin nuestros expedicionarios. Según comentaron las malas lenguas al finalizar la prueba, esto fue debido a que sabían que si el tándem Jokin-Andoni salían de los primeros estaban abocados a la victoria por lo que la organización decidió boicotearles.
Sin autobús de por medio la furgoneta del Cova-oiartzuarra Juantxo fue el transporte para el LANIK expedition team. Al saber los piragüistas que el LANIK E.T., especialmente Jokin, iban en esa furgoneta, decidieron ir junto a ellos. Así lo hicieron los expertos monitores de piragua segovianos, dos hipys suicidas junto a sus dos hijos y sus pateras, y cuatro bellas pucelanas, que está mal decirlo siendo yo el periodista que debería mantener el punto de objetividad, pero creo que se morían por los huesos de Jokin y por eso dejaron perder el bus.
En Hortigüela la multitud se agolpaba para ver la salida del LANIK Expedition Team, hecho este sin precedente alguno. Una vez allí la suerte deparó que Cabre debía ser el que compartiese aventura con Hércules, un fueraborda de Asturias afincado en Burgos primo hermano del jugador francés de rugby Sebastian Chabal (en la foto).
Pues bien, aprovechando la trampa de no dejar subir al autobús a nuestros intrépidos expedicionarios, los piragüistas se escaparon antes de dar la salida el juez, demostrando el miedo que tenían a los giputxis. Se lanzaron primero al agua la pareja Hércules-Iñaki y debido a la capacidad del jugador de rugby y al escaso control que poseían sobre la embarcación que era arrastrada por la fuerte corriente del río que los empujaba casí hasta la meta sin control, se escaparon para no volver a ser vistos hasta el final de la prueba.
Mientras tanto Jokin y Andoni prefirieron parar nada más salir para probar la temperatura del agua y evitar así posibles cortes digestivos (Acción que repitieron alguna vez más siempre por seguridad, claro está), seguidamente demostraron su dominio de la piragua realizando muchos metros de espaldas, un poco más tarde pararon a comer unas ramas burgalesas para recordar a los lugareños que antaño comían raíces y definitivamente decidieron dejar a un lado el espectáculo y optaron por la sobriedad siguiendo las indicaciones del monitor segoviano Diego, que les indicó que podían dejarse llevar en ciertos momentos para no cansarse demasiado.
Pasado el principio de la prueba la pareja de Guipuzcoana comenzó a compenetrarse mejor, lo que les llevo a tirar del grupo de cola hasta tal punto de dejarlos atrás mientras contemplaban unas magnificas vistas. El silencio se apoderó por momentos del descenso, la calma reinaba hasta que el sonido del agua golpear fuertemente contra vaya usted a saber qué comenzó a resonar. La vista de nuestros expedicionarios se perdía justo donde el río desaparecía. Una presa era el motivo de tal situación. Jokin estaba dispuesto a tirarse a ella pero cuando recapacitó y se dio cuenta de que no era una mujer que se encontraba cautiva sino una pared por la que lanzarse, apostó por bajarse de la pirautxa. Sabia decisión que impresionó tanto a los picoletis que se decidieron a sacar fotos a los intrépidos expedicionarios, como a una bella dama extranjera que no pudo reprimir su pudor y se echo a correr al ver que Kintxo y txipito II se acercaban a ella.
Mientras tanto, y a años luz del vagón de cola, Cabrejas disfrutaba del paseo que le concedía su pareja de baile, solo un pequeño percance distorsionó la bella estampa de la parejita. Hércules decidió llevar a Iñaki a una zona solitaria, un lugar donde jamás serían vistos y donde se insinuó al lozano donostiarra proponiéndole darse un bañito juntos en aquellas tranquilas aguas. Kabre no mordió el anzuelo y, aunque estuvo a punto de caer en la tentación y probar la manzana que le daba una linda culebrilla, no lo hizo.
Volviendo a la pareja Urni-oiartzuarra, comentar que decidieron esperar al resto del grupo en la presa, más que nada por si los monitores de piragüismo o alguna otra dama necesitaban ayuda, no por otra cosa. En grupo prosiguieron el descenso hasta llegar a un rápido entre dos enormes rocas en el que los LANIK decidieron probar si podían hacer submarinismo hundiendo la piragua, pero no eran las embarcaciones apropiadas para ello. Entre tanto y mientras la pala de Andoni era robada por una rama, una de las vallisoletanas abrazaba una de las rocas como si fuera el mejor de los amantes ¡incluso llegó a gritar!. Fue quizá el momento del clímax en el descenso.
Este fue el penúltimo paso dado por la pareja Jokin-Andoni antes de abandonar el descenso en solidaridad con las cuatro bellas damas y también con los dos monitores segovianos que no podían dar más de sí a pesar de que no querían reconocerlo. ¿El último paso? Un nuevo bañito porque hacía mucho calor y bueno… había que evitar insolaciones al igual que anteriormente hicieron con los cortes de digestión.
Todo finalizó tras transportar las piraguas del río a la carretera para lo cual tanto Jokin como Andoni demostraron una vez más su humildad. En el caso del primero haciéndole sentir importante a la chica del cumpleaños dejándole llevar la piragua como si él no tuviera fuerzas para ello y en el caso del segundo lanzándose al suelo como si se hubiera torcido el tobillo para… para… como si se hubiera torcido el tobillo, vamos.
Unos drakis, una barrita energética, aquarius, agüita, vamos un fiestón mientras el grupo hacía autostop y esperaba la llegada del Patrol con el remolque de piraguas.
Y así se acabó la aventura, con la llegada en el Piélago y la degustación de choricillo, morcilla, costilla y la compañía de de las cuatro pucelanas, Diego y el cachondo del “rubio”, mientras esperaban a Cabre y su compi. Si alguien se pregunta quien gano la prueba, si Iñaki o la pareja Jokin-Andoni la respuesta es evidente, ganaron Kintxo y Txipito II porque llegaron antes, que es de lo que se trataba, y sobre todo por la compañía; sin minuspreciar, por supuesto, al chico asturiano que, en serio, parecía bien jatorra.
Esto es todo amig@s. Así finaliza ésta, la más larga de las crónicas LANIK realizadas y sobre todo, la más extrema de todas las expediciones vividas hasta el momento por el LANIK Expedition Team. Con el sonido de la música de Miguel y Bimba Bosé de fondo cantada por el LANIK Team se despidieron de “Cova” nuestros magníficos aventureros.

P.D.: Esto es un artículo humorístico con el que no se pretende nada más que semi-informar y hacer pasar un buen rato. Si alguien se lo toma a mal se ruega se nos comunique y se borra lo que haga falta. Comentario realizado por si Diego, El Rubio (Qué sería de nosotros ahora si no hubieseis estado ahí), Las pucelanas (Muy majas. La alegría del descenso), Hércules (Un buen palista y seguramente mejor persona) o el Señor Santo Domingo (eskerrik asko a ti y a Nuntxi por aconsejarnos y hacernos sentir como en nuestra casa) lo leen.

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