Dicen que cuando los sentimientos están a flor de piel no conviene realizar ningún tipo de crónica, dicen que se pierde objetividad y que se deforma la realidad para convertirla en deseo en vez de en verdad; Pero en crónicas LANIK sabor a aventura a pesar de la crueldad y el dolor del momento somos así, consecuentes, atrevidos y profesionales y por eso, aunque más tarde de lo habitual, estamos aquí dispuestos a narrar lo acontecido el pasado fin de semana.
Sábado 7 de junio 10:00 Izaro, Iñaki, Andoni y sus bicicletas parten desde la plaza Easo en Donosti dispuestos a pisar sus propias huellas, aquellas que 28 días antes marcaron una ruta llena de trampas. Ent
onces los dioses, los espectros o vaya usted a saber quién se encargaron de retar hasta límites insospechados a nuestr@s expedicionari@s de tal manera que tuvieron que descabalgar de sus bicis y finalizar el camino antes de lo deseado y a pie.
El sabor amargo de aquel día aún persistía en el paladar de los LANIK cuando cruzaron la bahía de la Concha pero esos son los retos que forjan a nuestr@s aventurer@s: más difícil, más LANIK. Más Utópico, más LANIK.
La ruta en sí era conocida por los ciclistas no así por la ciclista que era la primera vez que recorría las faldas de Igeldo, ello fue una dificultad añadida para la berriztarra, que se descolgó nada más comenzar las primeras rampas. Todos sabemos del poder de Izaro, hace tan solo un año fue capaz de recorrer más de 800 km. a lomos de su Orbea, pero hoy... La posesión de una serie de mañanas en libertad que le permiten entrenar como la que más y sin escusas, van a volver a hacer de ella la que un día fue. Confiamos en ti bella dama.
Por lo demás el recorrido, era el mismo, exactamente el mismo que días atrás, igual. Igual, pero distinto. Los LANIK descubrieron que lo que pensaron era el fin del mundo era su mundo pero sin niebla. Un mes atrás creyeron estar a años luz de la civilización, el sábado se les encendió la bombilla y se dieron cuenta de que con luz la civilización pasaba casi sobre ell@s. Esta vez sí supieron echar el freno antes de caer a la desembocadura del Oria. Orio bajo sus ruedas que no bajo sus pies. El pueblo pescador recibió con un enorme Euskal presoak askatu! al LANIK Expedition Team suponemos que en honor a Jokin.
Atrás quedaron 18km/h a una media de 10km/h y !atención¡ una máxima de 54,30 km/h, record hasta ahora en las rut
as LANIK, algo que no es de extrañar viendo bajar a Cabre cual gacela corriendo sobre la sabana, o lo que es lo mismo, cual Kintxo corriendose bajo las sábanas. Por cierto, cabe destacar el podería físico una vez más de TxipitoII que decidió volver sobre sus pasos, o mejor dicho, sobre sus pedaladas, ya que volvió por carretera en vez de en tren como lo hicieron los otros dos expedicionari@s. ¡Tremendo lo de este chico!
En definitiva, que las ganas de revancha ante las adversidades, el creer en ell@s mism@s cuando la desconfianza se apodera de la mente, la sensación de que el horizonte es alcanzable, el sentir que se puede cuando nadie piensa que es posible, llevaron a los LANIK a la tan ansiada victoria, que además sabe mejor cuanto más remota y lejana parece. Sepan, amig@s lectores que las utopias de ayer son las realidades de mañana.
Sábado 7 de junio 10:00 Izaro, Iñaki, Andoni y sus bicicletas parten desde la plaza Easo en Donosti dispuestos a pisar sus propias huellas, aquellas que 28 días antes marcaron una ruta llena de trampas. Ent
El sabor amargo de aquel día aún persistía en el paladar de los LANIK cuando cruzaron la bahía de la Concha pero esos son los retos que forjan a nuestr@s aventurer@s: más difícil, más LANIK. Más Utópico, más LANIK.
La ruta en sí era conocida por los ciclistas no así por la ciclista que era la primera vez que recorría las faldas de Igeldo, ello fue una dificultad añadida para la berriztarra, que se descolgó nada más comenzar las primeras rampas. Todos sabemos del poder de Izaro, hace tan solo un año fue capaz de recorrer más de 800 km. a lomos de su Orbea, pero hoy... La posesión de una serie de mañanas en libertad que le permiten entrenar como la que más y sin escusas, van a volver a hacer de ella la que un día fue. Confiamos en ti bella dama.
Por lo demás el recorrido, era el mismo, exactamente el mismo que días atrás, igual. Igual, pero distinto. Los LANIK descubrieron que lo que pensaron era el fin del mundo era su mundo pero sin niebla. Un mes atrás creyeron estar a años luz de la civilización, el sábado se les encendió la bombilla y se dieron cuenta de que con luz la civilización pasaba casi sobre ell@s. Esta vez sí supieron echar el freno antes de caer a la desembocadura del Oria. Orio bajo sus ruedas que no bajo sus pies. El pueblo pescador recibió con un enorme Euskal presoak askatu! al LANIK Expedition Team suponemos que en honor a Jokin.
Atrás quedaron 18km/h a una media de 10km/h y !atención¡ una máxima de 54,30 km/h, record hasta ahora en las rut
En definitiva, que las ganas de revancha ante las adversidades, el creer en ell@s mism@s cuando la desconfianza se apodera de la mente, la sensación de que el horizonte es alcanzable, el sentir que se puede cuando nadie piensa que es posible, llevaron a los LANIK a la tan ansiada victoria, que además sabe mejor cuanto más remota y lejana parece. Sepan, amig@s lectores que las utopias de ayer son las realidades de mañana.
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