¡Ya estamos en Cáceres!

¡Desde Cáceres con amor! Hoy es nuestro día de descanso y tras pasar por pueblo en los que justo, justo conocen lo que es una línea telefónica nos encontramos en Cáceres desde donde sí tenemos conexión a internes.
Se puede decir que aunque reventados, estamos felices y orgullosos de lo que estmos haciendo, y no es para menos. Nos hemos enfrentados a todo lo que se nos a puesto delante y siempre hemos salido victoriosos, unas veces con más éxito que otras pero siempre ganadores.
En nuestra primera etapa fuimos desde Astorga a Benavente. Fue una jornada sencilla, sin grandes desniveles y los que había en sentido descendente. Además el terreno era casi siempre asfaltado y eso nos permitió realizar una media superior a los 19 km/h ¡un@s maquinas! El problema mayo lo tuvimos en el semialbergue en el que nops metieron, una antigua estación de tren más que sucia, donde a pesar de los pesares, tuve que posar mis gluteos 4 veces en una noche en la taza del vater más asquerosa que jamás haya visto.
Nos las prometíamos felices hasta que la segunda etapa nos llevo de Benavente a Zamora. Intentamos ir por la vía el mayor tiempo posible pero en seguida nos perdimos y terminamos haciendo 90 km en vez de 73. Eso sí, Zamora genial, una grta sorpresa, ciudad revelación de la vía de la plata y su albergue increible, el parador del peregrino lo llaman.
La tercera nos dejó en Salamanca. Incredible! cultura en estado puro, preciosa, nos ha encantado y además la etapa tampoco se nos hizo tan dura. De todos modos lo mejor de todo es que mis tripas llegaron en perfecto estado de forma a donde tenían que llegar así que cochinillo por aquí, churrasca por alla y demás manjares que dejan a Salamanca en lo más alto del ranking de la Vía.
La siguiente etapa la dividimos en dos jornadas haciendo una muy cortita de 21 km a Morille y un segunda hasta Calzada de Bejar, es decir hasta el pie de la sierra de Bejar para así empezar al día siguiente el ascenso. Manuela, la alberguera nos trato genial con su cocido castellano y sus filetes y patatas de cosecha propia.
Desde allí hasta Galisteo, en una etapa en la que lo más duro no fuel el puerto de Bejar sino llegar a hacer 98,5 km por habernos perdido. Acabamos reventados.
Pero la más dura llegó ayer donde hicimos 90km pero enfrentandonos a toros, ovejas y especialmente a perros. Llegamos a estar acojonados. Primero no encontrabamos las flechas para comenzar el camino, y eso que en extramadura la señalización es bastante mejor que en Castilla. En esa busqueda nos salieron 4 perros que aunque no nos llegaron a tocar no nos miraron con muy buena cara y ya acojonados el resto del camino. Después en una zona en la que ponía "prohibido pasar" nos saieron otros 2 y estuvimos a punto de darnos la vuelta hasta que apareció su dueño. Y para rematarlo un perro solitario, este muy majo, nos siguío durante más o menos 10 km. Además unos italianos nos comentaron que un mastín ovejero les había intentado atacar, así que cuando pasamos junto a un rebaño de inofensivas ovejas también nos asustamos por lo que podía pasar. Y por supuesto, cada vez que habrimos una cancela y pone "cierren la puerta, hay animales bravos" la adrenalina se nos sube por las nubes hasta que llegamos a la siguiente valla. Hemos llegado a ver verdaderos morlacos, aunque de momento desde el otro lado de la valla.
Y eso es todo, toros, vacas, perros, ovejas, zorros y alguna serpiente muerta, muchas aves, sudor, calor, perdidas, nauseas, dolores de tripa y culo, pero también aventura, muy buena gente, preciosos lugares, cosas que contar a nuestros nietos GRANDES MANJARES y sobre todo, nosotros.