Mucho ha llovido, literalmente, desde entonces. Y en este tiempo los LANIK han disfrutado de muchas emociones futbolísticas en tierras de Gaitas, pulpiños y brevas, han realizado muchas valoraciones gastronómicas, han quemado la ciudad durante muchos "findes locos" (como nos tienen acostumbrados), han dejado atrás sus ya merecidas vacaciones, han participado en varias competiciones de varias modalidades diferentes y han saltado con fuerza en una buena cantidad de conciertos... pero hay algo que aún perdura en sus pensamientos y que no estaba reflejado en el blog.
¡La semana del motor LANIK!
En aquella semana fantástica y mágica pudimos ver como el coche de Jokin, después de su gran excursión por tierras mañas, llegaba a su destino.
Y digo "ver" porque únicamente existe una prueba gráfica de aquella magnífica gesta y que, en los meses posteriores, nada se ha vuelto a saber sobre dicho vehículo. Sabemos que es como las meigas... ¡que haberlas, hailas!
En la semana del motor LANIK la cuadrilla se dispersaba, Jokin y Andoni le hacían el rodaje al nuevo coche y se quedaban devorando kilómetros en el asfalto del norte, mientras que Kabre y Saúl se dirigían hacia Montmeló en busca del rugido de los Fórmula 1.
Allí nuestros intrépidos expedicionarios se integraron rápidamente en el ambiente del Gran Circo:
Y dieron paso a grandes caminatas, durante sus dos días de estancia, a lo largo de los 4.655 metros del trazado.
Al llegar el atardecer es lógico que la mitad de nuestros integrantes se relajase demasiado entre los suaves sonidos de los F1, que acunaban sus oídos:
Pero es una pena que ese descanso fuese interrumpido por los fuertes y sonoros chascarrillos en forma de "¡euh!" que la otra mitad de los integrantes hacía cuando algún coche sufría algún extraño.
Pudimos asistir a averías:
A pasadas a más de 300 km/h:
Y a medidas improvisadas debido al ruido que esos pasos producían:
A pit stops que "si parpadeabas te los perdías":
Y cuando los equipos empezaban a recoger el material en sus camiones mega-fashion, el simpático Pedro De La Rosa dirigió una calurosa despedida en agradecimiento a la asistencia de nuestros famosos expedicionarios LANIK (y por extensión al resto de aficionados congregados a su alrededor). ¡GRANDE PEDRO!
Por último, y sin que nuestros amigos se dieran cuenta hasta su llegada a casa, les acompañó durante las 5 horas de vuelta una invitación en toda regla que algún alma caritativa les quiso dejar en el limpiaparabrisas.
¡Si incluso tuvieron el detallazo de tachar a mano la limitación de horario! Somos auténticos VIPs allá donde vayamos, sólo nos falta conseguir la famosa tarta de queso de gorra.... algún día...
Como no podía ser de otra manera: Kilómetro de oro. Un nombre acorde a lo que vino siendo toda la semana. La semana del motor LANIK.
EMAIOK AZKARREGI!!!!!!!!!!
1 comentario:
Mientras leía me estaba preguntando dónde estaban las típicas modelos que aparecen en los circuitos... pero al llegar al final me he dado cuenta de que eso... que estaban escondidas en el kilómetro de oro... ok ok!
Gran crónica Saulillo!
PD: alquilaría Jokin el Corsa sólo para ese fin de semana? yo no lo he vuelto a ver...
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