
Un sábado más nuestros intrépidos ciclistas se hicieron con el asfalto en su afán de preparación de cara a la expedición Vía de la Plata 2008. En esta ocasión acudieron tres de los cuatro expedicionar@s. A los ya habituales “Kabre” y “Txipito II” se les sumo “Txaro” que por primera vez se unía a los entrenamientos colectivos del grupo. Causo baja un mermado “Kintxo” que al no haberse recuperado aún del entrenamiento de la semana anterior prefirió no montarse sobre la bicicleta esta vez. Hecho meritorio sin duda alguna ya que a este hombre le gusta montar más que a un niño un chupa chups, pero el LANIK es un team y Jokin prefirió retirarse y no entorpecer la marcha del grupo, y es que una retirada a tiempo dicen que es una victoria.
Esta vez el centro neurálgico de operaciones fue la gran urbe, la peligrosa ciudad de San Sebastián, pero para llegar hasta allí el trío tubo que superar una vez más el coloso de San Marcos puesto que se dieron cita a las 10:00 AM en la ya habitual parada de RENFE Lezo-Errenteria. De nuevo rizaron el rizo y prefirieron la peligrosidad, la incertidumbre, la dureza de rampas impracticables, caminos sin explorar y sobre todo vertederos que desprenden olor nauseabundo y quién sabe cuantas más toxicidades, para de este modo crecerse ante las adversidades. Hay quien considera entrenamientos estas rutas, pues muy a su pesar se confunde. Estamos hablando de verdaderas heroicidades. Más que simples preparaciones físicas, son retos a la vida, o mejor dicho, a la muerte.
Y de este modo, rodeando el gigante basurero de San Marcos, nuestros héroes y heroína se presentaron en Garbera. Donde otros ven ocio y diversión, el LANIK expedition team ve reto y aventura. Recorrieron Intxaurrondo, Egia, Gros, Ategorrieta y quién sabe cuantos barrios más; no sin crudeza, eso sí. En una nueva muestra de su ansía de exploración decidieron conocer la calidad del piso donostiarra y el resultado de los análisis no pudo ser mejor: Suelo de alta calidad, resistente a cualquier tipo de golpe y peso. Ni un solo rasguño en los adoquines tras lanzarse Izaro sobre ellos, para que luego hablen de la fragilidad del ñoñostiarrismo. Por cierto que en cronicas LANIK nos encontramos a la espera de recibir el último parte médico de “Txaro”.
Desde el alto de Miracruz, nuestr@s expediccionari@s hicieron frente a las duras rampas del alto de Ulia en cuya cima se integraron con los autóctonos en busca de caminos sin explorar a lomos de una bicicleta, y así se lanzaron en un vertiginoso descenso por caminos enraizados, pedregosos y dejados de la mano de Dios. Primer contacto de la expedition con rutas sin asfaltar como las que se encontrarán en breve en las campiñas zamoranas, en las rampas de Béjar o en las dehesas extremeñas.
De nuevo en Gros emprendieron rumbo a Urgul sorteando a la infinidad de viandantes que se quedaban atónitos al verlos pasar. “¡Mirad son ellos!” decían los críos, “¡Valientes, sí señor!” los caballeros y alguna lozana señorita “¡oooohh, es Kabre!” exclamaba justo antes de desmayarse.
Ascenso raudo y veloz por paredes casi verticales hicieron quedar a los pies del sagrado corazón al trío al que solo le falto ver como la enorme mole se arrodillaba ante ell@s. Visitaron la pequeña expedición que se encuentra en la cumbre y desde allí descendieron “de uno en uno y despacito” hacía la parte vieja, una nueva muestra de valentía por que fueron capaces de pasar junto al olor que desprendían las chimeneas sin probar bocado.
Cruzaron toda la costa donostiarra hasta llegar al peine de los vientos para después desandar y volver hasta el boulevard y finalmente dirigirse hasta el parque Araba, donde tras 39,900 km a 12,84 km/h con una máxima de 43,91km/h y más de tres horas sobre la bici se despidieron.
De cara a la próxima semana se espera a la “Doble T” por tierras sorianas donde seguro no defraudarán a sus aficionados, en el caso de la “Doble K” en crónicas LANIK desconocemos su destino. En ocho días la respuesta a todas estas incognitas.
Esta vez el centro neurálgico de operaciones fue la gran urbe, la peligrosa ciudad de San Sebastián, pero para llegar hasta allí el trío tubo que superar una vez más el coloso de San Marcos puesto que se dieron cita a las 10:00 AM en la ya habitual parada de RENFE Lezo-Errenteria. De nuevo rizaron el rizo y prefirieron la peligrosidad, la incertidumbre, la dureza de rampas impracticables, caminos sin explorar y sobre todo vertederos que desprenden olor nauseabundo y quién sabe cuantas más toxicidades, para de este modo crecerse ante las adversidades. Hay quien considera entrenamientos estas rutas, pues muy a su pesar se confunde. Estamos hablando de verdaderas heroicidades. Más que simples preparaciones físicas, son retos a la vida, o mejor dicho, a la muerte.
Y de este modo, rodeando el gigante basurero de San Marcos, nuestros héroes y heroína se presentaron en Garbera. Donde otros ven ocio y diversión, el LANIK expedition team ve reto y aventura. Recorrieron Intxaurrondo, Egia, Gros, Ategorrieta y quién sabe cuantos barrios más; no sin crudeza, eso sí. En una nueva muestra de su ansía de exploración decidieron conocer la calidad del piso donostiarra y el resultado de los análisis no pudo ser mejor: Suelo de alta calidad, resistente a cualquier tipo de golpe y peso. Ni un solo rasguño en los adoquines tras lanzarse Izaro sobre ellos, para que luego hablen de la fragilidad del ñoñostiarrismo. Por cierto que en cronicas LANIK nos encontramos a la espera de recibir el último parte médico de “Txaro”.
Desde el alto de Miracruz, nuestr@s expediccionari@s hicieron frente a las duras rampas del alto de Ulia en cuya cima se integraron con los autóctonos en busca de caminos sin explorar a lomos de una bicicleta, y así se lanzaron en un vertiginoso descenso por caminos enraizados, pedregosos y dejados de la mano de Dios. Primer contacto de la expedition con rutas sin asfaltar como las que se encontrarán en breve en las campiñas zamoranas, en las rampas de Béjar o en las dehesas extremeñas.
De nuevo en Gros emprendieron rumbo a Urgul sorteando a la infinidad de viandantes que se quedaban atónitos al verlos pasar. “¡Mirad son ellos!” decían los críos, “¡Valientes, sí señor!” los caballeros y alguna lozana señorita “¡oooohh, es Kabre!” exclamaba justo antes de desmayarse.
Ascenso raudo y veloz por paredes casi verticales hicieron quedar a los pies del sagrado corazón al trío al que solo le falto ver como la enorme mole se arrodillaba ante ell@s. Visitaron la pequeña expedición que se encuentra en la cumbre y desde allí descendieron “de uno en uno y despacito” hacía la parte vieja, una nueva muestra de valentía por que fueron capaces de pasar junto al olor que desprendían las chimeneas sin probar bocado.
Cruzaron toda la costa donostiarra hasta llegar al peine de los vientos para después desandar y volver hasta el boulevard y finalmente dirigirse hasta el parque Araba, donde tras 39,900 km a 12,84 km/h con una máxima de 43,91km/h y más de tres horas sobre la bici se despidieron.
De cara a la próxima semana se espera a la “Doble T” por tierras sorianas donde seguro no defraudarán a sus aficionados, en el caso de la “Doble K” en crónicas LANIK desconocemos su destino. En ocho días la respuesta a todas estas incognitas.
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